Mostrando entradas con la etiqueta historias. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta historias. Mostrar todas las entradas

martes, 24 de agosto de 2010

5 historias tenia q escribir para producción audiovisual. comencé a leer mi blog (dije q mal) y modifique algunas historias.

Debajo de la cama

Julián es un niño de seis años que piensa que hay una criatura debajo de su cama desde que su hermana mayor le hizo creer eso. Todas las noches tiene miedo cuando se va a dormir y cree oír algunos ruidos. Pero un día se pregunta por qué nunca ha visto al monstruo, y, entonces, piensa que quizás éste se esconde de alguien. Julián decide hablar y le pregunta, a lo que haya debajo, si tiene miedo a la oscuridad o a los niños. Una voz, que parece de un niño, le responde que tiene miedo a lo que hay afuera y a los adultos. Julián trata de convencerle de que el exterior no es tan malo. Cuando ya no tiene más que decir, se asoma, aún con un poco de temor, a ver debajo de la cama y se da cuenta de que el monstruo ya ha salido.

Mejor en silencio
Alberto ha llegado del trabajo, saluda a su mujer, Karla, y le pide que por favor le prepare un café. Ella lo recibe y se siente aliviada, porque él no sospecha que ella sabe que la traiciona. Antes se sentía triste porque había visto a su esposo besando a otra mujer y creía que sería el fin de su matrimonio. Ella no piensa decirle nada porque no quiere separarse, no quiere cuidar sola a su hijo de cinco años, ella es muy joven, y no quiere que la gente hable. Ya tiene listo el café y se lo lleva. Él le dice que la ama y ella se siente feliz de nuevo.

Ambulancia
Alex y Francis están en una ambulancia. Laura conduce el carro y tiene miedo de chocar porque ha bebido un poco. Hoy es cumpleaños de Brandon, quien algunas veces cree que es invisible porque nadie lo escucha. Él está en su casa escuchando música de Bjork y esperando a Francis, su amigo, para salir a caminar. Alex no quería ir al hospital por eso golpeó brutalmente a Francis, quién intento llevarlo para que lo ayuden con sus problemas mentales. Alex se lamenta por lo que ha hecho porque no sabía, según él, que los cuchillos cortaban y porque, al final, tendrá que ir a que lo analicen.

Helado y torta de chocolate
Clara acaba de salir de un centro de rehabilitación para adolescentes anoréxicas. Sus padres, orgullosos del progreso de su hija, la han llevado a una pastelería a comer un helado y una torta de chocolate. Clara, en realidad, no ha mejorado con sus problemas con la comida. Ella hizo trampa: se porto bien con las señoras que la cuidaban y comía todo lo que le daban para abandonar lo más rápido posible aquel lugar. Ahora, lo que menos quiere es comer ese el helado y esa torta. No sabe cómo se introducirá la primera cucharada de helado, cómo dejará de mirar esos dulces sin asco ni cómo dejar de pensar en el peso que ha subido con el tratamiento.

Mirar alrededor
Roxana y Daniel están en una cafetería. Ella habla sobre otras chicas, sobre una película y sobre un libro. Él está sentado en frente de ella y de la calle. No la escucha porque está viendo lo que hay afuera del local. Se pregunta ¿a quién busca? Mira a toda esa gente que está caminando. ¿Serán felices? Recuerda a un amigo del colegio; cree que uno de los transeúntes lo mira; recuerda, también, cuando le rompió una muñeca a su hermana menor.
¿alguna vende?

miércoles, 5 de mayo de 2010

otra vez

Y dijo puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre, puta madre y, aunque le dio pena tantas madres, lo dijo 23 veces más.
Sabe que una vez más se quedará callado. No le dirá nada porque es de esos maricones que en las noches llora en su cama tapándose el rostro, sobre todo sus ojos, con el brazo. Se siente tan patético, tan capaz de nada. Entonces, escuchará una canción, escribirá un poco, dibujará "la espalda" y personajes extraños en su cuaderno, verá una película, leerá cuentos, insultará a los profesores, estudiará un poco para los exámenes, se emborrachará en una fiesta, contará elefantes y sonreirá, a pesar de estar más triste que nunca. Nunca besará a nadie. Dirá puta madre, al final.
I see you in my sheets, I see you in my sleep, I see you through the mirror...
(nada surf)

domingo, 23 de agosto de 2009

Dilatación mortal

Estaba en su cuarto con la luz apagada, sentado en su cama, con la mirada perdida. Le había dejado ese dolor que tenía debajo del corazón, entre las costillas.

Ese dolor que había estado tanto tiempo, tantos años, y que tenía como origen a una persona. Sí, esa persona a quien Iván creía amar, pero que hasta ahora no se lo había podido decir. Callaba por miedo a perder aquellas cosas sin valor como el respeto. Por callar, el dolor se había hecho demasiado fuerte, pero se calmaba cuando aquella persona estaba a su lado, para después regresar y no sólo seguir tan fuerte como antes, sino que hasta llegar a desgarrar.
Sin embargo, ahora se habría ido de él y él mismo parecía también haber abandonado su cuerpo. Al parecer se había producido una desconexión entre su alma, espíritu o como lo llamen, y su cuerpo. Ahora, esta desconexión estaba produciendo una conexión entre la habitación y otro mundo, otras energías, otros seres. En la pared que estaba en frente de Iván, a la que deberían estar mirando sus desviados ojos, surgían decenas de manos con largos dedos y uñas. Poco a poco se dejaban ver más los cuerpos de esas criaturas de figuras parecidas a las de los humanos, pero estaban llenos de cortes y sicatrices. Uno de esos seres tenía entre sus manos una especie de lanza.
Iván aún seguía ido hasta el instante en que la lanza se hundió debajo de su corazón, en donde antes estaba aquel dolor. Entonces, veía el palo traspasándole, la sangre escapando lentamente de su cuerpo y criaturas acercándosele. El nuevo dolor era mucho más fuerte que el anterior y por eso no podía resistirse a disfrutarlo. Estaba tan estimulado por el dolor que pensó que se había enamorado de la criatura que le introdujo la lanza. Cada uno de sus músculos se tensaban, mientras que las criaturas lo desgarraban. Él aceptaba que lo que le estaba sucediendo era producto del amor, y así lo entendió hasta el último, hasta ser desgarrado y devorado totalmente su corazón.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

¿Quieres volar? / No

No

Vuelve mañana me dijo Constantino, así que iré más tarde cuando no haya nadie en mi casa. Le diré que sí y podré volar con él.
Esta vez no llevo paraguas, tampoco recuerdos.

Ahí está Constantino y lleva el cometa. Iré hacia él.
- Estas preparada para volar- me dijo.
- Volar, claro.
- Volar, cambiar, ya no tendrás que aterrizar, siempre podrás estar por las grandes montañas. No volverás a ver a bajo porque sabrás que no hay nada bueno esperándote allí – me parece algo estúpida su forma de hablar, pero bueno yo no le puedo recriminar.
- Supongo que nunca lo hubo.
- Volarás lejos.
- Esa idea me encanta-y no volver a aterrizar, para qué querría volver a un lugar aburrido.
- Entonces has vuelto a creer en aquello que olvidaste de niña.
- Sí- como Joel lo dijo, ahora puedo volar.
- Entonces me acompañarás. Aquí no tienes nada bueno.
- Eehh…
- Al menos que consideres aquellas personas. A tu amiga superficial, Rosa Negra, la que no tiene nada en la cabeza, piensa que disfrutas de ver sus nuevos vestidos y lo peor es que seguro sabe que sólo estás con ella por pena. No creo que extrañes las interrupciones de Joel cuando piensas. A tu familia tampoco, la familia sólo está para deshacer los sueños, y menos extrañaras a tu hermano Felix, porque no querrás recordar el beso que se dio con Adrián.
Entonces entendí que es lo que me quería decir Constantino. Ya me había acostumbrado bastante a la compañía de Rosa Negra y a las idioteces de Joel. Seguía queriendo a mi familia, y sobre todo a Felix. Y Adrián seguiría estando allí. Sabía que debía estar con ellos, que me necesitaban, aunque suene mal. Eran quizá seres imperfectos que me necesitaban como la última pieza para estar completos. Como odio a Constantino por haberme hecho dar cuenta de esto.

- Entonces…no
------------------
Terminó.
ayyy q feo tu final
pucha yo esperaba más
q pa esto
nunk me interesó

lunes, 3 de noviembre de 2008

¿Quieres volar? / El peor lugar del mundo

El peor lugar del mundo

Hace mucho tiempo perdí la esperanza de que me pudiera suceder algo increíble algún día. Ahora me ha sucedido y se que no es un sueño. Realmente creo que haya podido elevarme por los aires encima de una simple cometa. No le pregunté nada a Constantino porque no había porque hacerlo. No interesaban las palabras en ese momento.

Regresaba a mi casa en medio de una neblina de pensamientos que no me dejaban ver lo que pasaba en la realidad. Decidí calmarme un poco y simplemente dirigirme a mi casa. Allí podría pensar más tranquilamente en todo lo que había pasado y en lo que quedé pendiente con Constantino.

En ese instante me encontraba en el parque que está cerca de mi casa y de pronto pude ver un beso. Pude ver al único chico que me robó un suspiro. Pude ver también, al chico que me acariciaba cuando era bebe y que hasta hora me cuida, mi hermano. Pude ver mi figura paralizada. Pude ver mis ojos desconcertados. Pude ver una lágrima recorrer mi rostro. Pero, también pude ver que ya lo sabía.

Desde el comienzo lo sabía, lo intuía. Debe ser parte de mi naturaleza el querer hacerme daño. Me enamoré justamente de quién no debía, posiblemente para creer que el amor es estúpido.

Para dejar completamente toda ilusión. Para querer volar y dejar todo atrás, mientras el viento arranca suavemente mi tristeza y mis lágrimas. Para no recordar con nostalgia de donde salí, porque pude ver que era el peor lugar del mundo, para volar.

martes, 23 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Aceptar

Aceptar


En un país, una niña comienza aceptando sus sentimientos.

No entiendo porque acepté ir al festival de cometas, bueno por lo menos será el último día y no habrá mucha gente. Ahora, debo pensar que le diré a mi madre si es que me ve con un cometa, y ¿qué diría Félix? o su amigo, Adrián. Pues supongo que no hay otra alternativa que la de tratar de pasar desapercibida, porque de todos modos debo llevar un cometa a un festival de cometas, mi paraguas no es el que va volar.
La cometa que he construido es de forma rectangular. Compuesto por cuatro triángulos, los cuales se forman a partir de la interjección de las dos diagonales que se prolongan de los vértices. Dos triángulos eran negros, los otros dos blancos, repartidos de forma intercalada. Es una cometa que sólo podría ser creado por mí, aunque nunca antes había hecho uno.

Salgo apurada de la casa, pero antes amarré con una tela el cometa al paraguas. La cometa colgaba del paraguas. De repente frente mío se encontraba Adrián.
- Hola- el timbre de voz deja ver lo asustada o nerviosa que me deja su presencia-Adrián.
- Matilde, está tu hermano.
- No, ha salido a comprar… no sé que ha salido a comprar, pero no creo que demore mucho.
- Entonces lo esperaré.
- Como gustes.
- Ojalá puedas hacer volar muy alto tu cometa.
- Ah, te diste cuenta- maldición.

De lejos viene mi hermano, así que mejor me voy rápido. No quiero que nadie más vea mi cometa.
- Lindo cometa, tiene personalidad y fuerza- sonrió, su brazo se posó en mi hombre y se inclinó para darme un beso en el cachete- Bye - al parecer Adrián se dio cuenta que no quería que me vea mi hermano.
- Chau - Mi corazón palpita muy fuerte.
Últimamente estaba pensando en lo que me dijo Joel. ¿En realidad perderé el tiempo pensando tanto? No sé, pero quizá sí me he vuelto aburrida. Puede que me esté complicando mucho la vida y he olvidado ciertos detalles. Pero ¿realmente los he olvidado o he tratado de ignorarlos? Posiblemente después de haber entendido que no ocurrirían cosas nuevas, me decepcioné tanto que traté de suprimir mis sentimientos y otros deseos. Sentimientos como el amor…



sábado, 20 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Constantino

Constantino



Las cosas van cambiando.

Se acerca el mes de diciembre. Tengo entendido que en otros países se celebra en nacimiento de un niño. La gran Navidad se acerca, pero en mi país no llega y poco me interesa. En este mes llegan fuertes vientos, lo que trae consigo el festival de cometas. Muchas personas se reunen en el Campo Verde -en este país son muy ingeniosos para poner nombres- y vuelan las cometas. El festival dura dos semanas.

Muchas cometas elevadas por el fuerte viento vuelan en una sola dirección. Todos los padres corren con sus hijos de un lado a otro para hacerlas volar. Cometas de muchos colores, hacen que el cielo se vea por una sola temporada llena de color. Los colores hacen parecer que nuestro mundo es muy alegre, que no cabe una lágrima. Cometas de muchas formas, hacen parecer que existe un mundo diferente, lleno de magia.

Los colores y formas creadas alguna vez me hicieron pensar que algo nuevo ocurriría, pero nada ocurría.



En el colegio estamos en las últimas semanas de clases y eso me aburría. Todos estaban tristes de que ya no nos veríamos. No nos veríamos sólo por unos cuantos meses, después regresaríamos.

En el recreo, como acostumbro, estaba sentada en el comedor pensando. Hasta que llegó Constantino.
- Hola. Mi nombre es Constantino. Lindo paraguas.
- Hola - no me hagas recordar tu nombre, acaso quieres que me ría de ti- el paraguas te agradece.- ¿que estoy hablando?
- Soy nuevo- no me había puesto a pensar cómo es qué se trasladó de colegio cuando el año ya está por terminar- espero no ser molesto, pero es que aún no conozco a casi nadie.
- No es una molestia- No se porqué dije eso.
- He escuchado sobre un festival de cometas, y estaba interesado en ir.
- Ah- acaso querrá que lo acompañe. No entiendo porqué le diría esto a una chica de grado inferior. Será, que me quiere conquistar. No debo seguir pensando, no quiero reventar en carcajadas.
- No sé el motivo pero mi inspiras confianza. ¿Me quieres acompañar al festival?
- Bueno, supongo que no hay problema. Pero fija el día, el festival dura dos semanas. El último día casi ya no va nadie.
- Entonces que sea el último día.


miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Reproche


Reproche

En un país, una niña cree que debe ser madura y seria.

Otra vez el colegio. Un listado de cursos que tenemos que llevar, supuestamente para ser buenas personas. Nos harán personas cultas, formadas en valores, pero también nos taparán un ojo para que no veamos en mundo en su totalidad.

- Matilde, ya sabes que ha llegado un nuevo alumno.
- No, no sabía- creo que se nota el “gran interés” que le doy a mi respuesta. Rosa debe comprender que esos asuntos poco me interesan, ella me conoce.
- Creo que es un poco mayor que nosotras- esta bien lo acepto, no me conoce del todo – y se llama Constantino- cuando acabó de decir el nombre me quedó mirando. Nos mirábamos a los ojos hasta que se nos iba formando una sonrisa, que terminó en una fuerte carcajada.
- Ustedes dos, Rosa y Matilde, ¡salgan del salón!- gritó con una voz ronca la profesora de literatura. Acaso no podría comprender lo gracioso que nos parecía aquel nombre. No es que sea feo, sólo que era un nombre muy poco común, por lo menos yo sólo lo habia escuchado en libros de historia.

En el recreo Rosa desapareció. Debe estar averiguando más cosas sobre el nuevo estudiante. A mi no me importaba mucho. Me quedé sentada en el comedor, pensando.

- Oye ¿qué haces?
- Joel ¿Por qué siempre gritas cuando hablas? Me sobresaltas.
- No quieres ir a jugar.
- ¿Jugar?
- Sí.
- No gracias. Tengo otras cosas que hacer.
- No tienes nada que hacer. Todo el día estás sentada, pensando o leyendo algo y cubriéndote de la luz del sol con un paraguas.
- Pues eso es lo que hago.
- Eres aburrida. Ni siquiera llueve en estas épocas.
- Adiós Joel.
- No crees que eres demasiada extraña. Algunas veces tratas de aparentar demasiado seria y madura, para nosotros.
- ¿No tienes nada qué hacer?- este chico me está alterando. Primero debería ordenar sus ideas para hablar.
- Eres demasiado complicada. Demasiado triste. Deberías tratar de olvidarte de muchas cosas, de las ideas tontas que tienes. Deberías tomarte las cosas de manera más simple. Ya casi no te ríes- seguro no me vio hace algunos momentos.
- Sabes Joel
- Así no lograrás volar.

----

- ¿Estás preparada para volar?
- Volar, claro.
- Volar, cambiar, ya no tendrás que aterrizar, siempre podrás estar por las grandes montañas. No volverás a ver abajo porque sabrás que no hay nada bueno esperándote allí.
- Supongo que nunca lo hubo.
- Volarás lejos.
- Esa idea me encanta-y no volver a aterrizar, para qué querría volver a un lugar aburrido.
- Entonces has vuelto a creer en aquello que olvidaste de niña.
- Sí- como Joel dijo. Ahora puedo volar.
- Entonces, me acompañarás...

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Nada nuevo

Nada nuevo

En un país, en una casa, en una niña, habita la soledad.

Hace mucho tiempo que no hay nada nuevo, nada interesante y nada fuera de lo común en este pequeño país. Mi patria no tiene nombre, porque ya no hay más nombres para tantos países que surgen de la separación de otros. Pero que queda, no me puedo largar de este miserable lugar, porque amo mi país, pero a mi manera. Las casas son pequeñas, los paisajes no son grandiosos, no hay mucha variedad de flora y fauna. La gente probablemente no es la mas calurosa y alegre en el mundo, pero si la que yo conozco. Quizá si alguien se atreve a visitar este país lo encuentre detestable, poco recomendable, llena de corrupción, basura por todos lados, con gente indiferente, con cuerpos de personas sin vida en cada esquina, pero...

- Matilde ¿qué haces hablando sola?- entonces me di cuenta que todo lo anterior lo estaba diciendo en voz alta, mientras que pensaba que sólo lo decía en mi mente..
- Gracias Joel, gracias por cortarme la inspiración. Estaba pensando en que escribir para el trabajo de lengua. No me había dado cuenta que estaba emitiendo sonidos con mis labios.
- Ahh, suelo olvidar que estás loca. Loca como un clavo.
- ¿Como un clavo?- nunca entiendo lo que trata de expresar Joel.
- Como un calvo- sonríe y se retira. No puedo creer que sea tan idiota, sus bromas no tienen gracia ni sentido.

Debo darme cuenta que el parque que está cerca a mi casa no es el mejor lugar para pensar. En cualquier momento puede llegar con toda fuerza un balón de fútbol y golpeará mi cabeza, mientras que los niños que están jugando se reirán de mí. Como todos los días llegará Rosa Negra con sus trajes multicolores, me preguntará si es que ya vi la última edición de la revista "Mujer", además me hará adivinar que prendas y nuevos accesorios va a elegir para que su padre se los compre. Ella no es una mala persona, pero muchas veces me aburre. Trato de seguir con ella porque sé que en realidad es muy triste. Hace unos años murió su madre, sin embargo nunca dijo nada sobre ello y siguió como si nada pasara. Siento que en ella hay una mayor soledad que en mí.

Será mejor regresar a casa antes que venga mi hermano, Félix, y su amigo. No me llevo mal con mi hermano, pero su amigo por alguna cosa me intimida. Bueno ya es hora de irse a casa y esperar a que mamá sirva la cena, desearle buenas noches a ella y a papá, e ir a dormir. ¿A dormir?, si en realidad ya casi no duermo, porque ya no hay que soñar.

Recuerdo que antes soñaba. Soñaba con que alguna vez pasaría algo nuevo, algo fuera de lo convencional. Recuerdo que alguna vez soñé con ser una princesa en un cuento de hadas y que con un príncipe me quedaba, cosas de niñas, de ingenuas, pero felices. Alguna vez soñé que podía volar, que un duende me mostraba un mundo diferente y lleno de colores. Que un águila me llevaba en sus alas por montañas y nevados elevados, y yo podía sentir el fuerte y frió viento de las alturas. Que podía volverme viento y viajar a gran velocidad por todo el mundo. Pero un día soñé que veía como era en realidad mi vida y se me desvanecieron los demás sueños, y supe que nunca nada iba a pasar.



--------------

Es la primera parte.

Autor: Diego Ato Cadenas

Tanto el texto como los dibujos.

Quién más puede hacer un cuento tan potro (de potrozo xD). Supongo que no es un cuento del todo original, los diferentes cuentos que he leído deben haber influido a crear una abominación. (según yo critico mis cuentos para que los demás digan, noooooo dieguito si esta bonito el cuento)

viernes, 25 de julio de 2008

La rosa recuerda

Recuerda que un día tenía color,
y no pasaba desapercibida
a la mirada de aquel muchacho.

---

Que la princesa del castillo
le cantaba en las mañanas,
y celebraba el intenso rojo
de cada pétalo.

---

Recuerda aquella historia
en la que un ruiseñor
dio un fuerte pinchazo a su corazón con una espina,
y cantó toda la noche bajo la luna,
pues a cambio de su vida
una hermosa rosa roja nacería.

---

Por ella nadie daría su vida,
su cuerpo,
sus pétalos perdieron su color,
no sabe como,
pero ahora tan sólo es
un cuerpo translúcido,
ni siquiera el blanco la acompaña.

sábado, 21 de junio de 2008

Los ángeles siguen cayendo

Siguen cayendo los ángeles,
sus cuerpos están llenos de sangre,
sus alas blancas en rojas se convierten
alguien los está matando,
los están cazando.


----
Pobres ángeles,
mueren por buscar un camino,
un camino distinto a los demás,
mueren por no hacer caso a las leyes,
porque esas leyes son crueles
----
Esos ángeles que mueren,
están cansados de cuidarnos,
ellos también quieren vivir,
y no los dejan.
----
La lluvia de roja
sigue cayendo,
no para
y no va parar.

----
Ayudaré a un ángel a escapar
yo trataré de protegerlo,
aunque debo darme cuenta
que nada lograré
estando muerto.
-------------------------------------
Mío de mí.

martes, 10 de junio de 2008

Otra muñeca


Siempre las pobres muñecas con las cuales todas las niñas juegan felices y contentas, terminan con un mechón de pelo, tiradas por cualquier lado y olvidadas.



Luicipa recibió en navidad de parte de sus padres una muñeca de nombre "Melinda" . Esta muñeca era como todas las demás: de cabellera rubia, piel blanca, con un cuerpo delgado y bien formado.

Luicipa jugaba mucho con su nueva muñeca, pero conforme iba pasando el tiempo se fue aburriendo de ella. Lucipa solo tenía 6 años, por esto no cuidaba bien de Melinda, por lo que poco a poco la muñeca se iba despintando y se quedaba sin cabello.

De repente un día, apareció en los mercados otra muñeca. Su nombre era "Supersiliconada". Todas las niñas se enloquecían por adquirirla, pues al tocarle los pechos a la muñeca, se escuchaba una canción bastante pegajosa y con letra vacía.

Luicipa después de rogar y rogar convenció a sus padres que le comprasen la nueva muñeca, y estos le aceptaron.

Melinda ¿donde se encontraba?, ella estaba tirada debajo de la cama, era otra muñeca olvidaba. Sí, debajo de la cama se encontraba, ya no era objeto de atención ahora estaba en la oscuridad y la suciedad. Ni el perro la quería, para moder su cuerpo de plástico, ya nadie la quería.

Después de un tiempo Luicipa encontró a su Melinda tirada debajo de su cama.

- Pero si es mi muñeca Melinda -dijo Luicipa- ya no me gusta, ya no me sirve -y tiró la muñeca por la ventana, la cual daba a un callejón.


...................................
Este cuento es un cuento que inventé en mi otro blog, pero lo he arreglado y cambiado un poco. Debo agregar que el cuento está inspirado en pequeñas ideas de otros cuentos y películas.
Esta historia podría decir que se une con otra que hice y que después la publicaré x aká

miércoles, 4 de junio de 2008

El sol está triste

El sol está triste por tu partida,
y yo me pregunto porqué aquellos faroles no dan luz.

Te has llevado muchas cosas,
cosas tuyas, cosas mías,
ya no tengo color
pero tampoco dolor.

Ese perro ya no ladra más,
se cansó de perseguir al gato,
ahora sólo quiere sentir tu mano en su lomo.

El sol ya no quiere alumbrar,
y yo le digo que se puede largar,
que no lo necesito más.



................................................................................

Este post es sólo de este blog

sábado, 31 de mayo de 2008

La leyenda del espantapájaros

Este corto lo puse hace tiempo en uno de mis otros blogs.

Dirigido por Marco Besas, de nombre "La leyenda del espantapájaros", es una triste historia sobre un espantapájaros que cuando decide hacerse amigo de los cuervos es mal juzgado e incomprendido. Trata de reflejar lo que muchas veces sucede en nuestra sociedad.