domingo, 28 de septiembre de 2008

¿cuantos colores existen?

como miershhhhda

ay q groserix y asterix JA....ja....jap

martes, 23 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Aceptar

Aceptar


En un país, una niña comienza aceptando sus sentimientos.

No entiendo porque acepté ir al festival de cometas, bueno por lo menos será el último día y no habrá mucha gente. Ahora, debo pensar que le diré a mi madre si es que me ve con un cometa, y ¿qué diría Félix? o su amigo, Adrián. Pues supongo que no hay otra alternativa que la de tratar de pasar desapercibida, porque de todos modos debo llevar un cometa a un festival de cometas, mi paraguas no es el que va volar.
La cometa que he construido es de forma rectangular. Compuesto por cuatro triángulos, los cuales se forman a partir de la interjección de las dos diagonales que se prolongan de los vértices. Dos triángulos eran negros, los otros dos blancos, repartidos de forma intercalada. Es una cometa que sólo podría ser creado por mí, aunque nunca antes había hecho uno.

Salgo apurada de la casa, pero antes amarré con una tela el cometa al paraguas. La cometa colgaba del paraguas. De repente frente mío se encontraba Adrián.
- Hola- el timbre de voz deja ver lo asustada o nerviosa que me deja su presencia-Adrián.
- Matilde, está tu hermano.
- No, ha salido a comprar… no sé que ha salido a comprar, pero no creo que demore mucho.
- Entonces lo esperaré.
- Como gustes.
- Ojalá puedas hacer volar muy alto tu cometa.
- Ah, te diste cuenta- maldición.

De lejos viene mi hermano, así que mejor me voy rápido. No quiero que nadie más vea mi cometa.
- Lindo cometa, tiene personalidad y fuerza- sonrió, su brazo se posó en mi hombre y se inclinó para darme un beso en el cachete- Bye - al parecer Adrián se dio cuenta que no quería que me vea mi hermano.
- Chau - Mi corazón palpita muy fuerte.
Últimamente estaba pensando en lo que me dijo Joel. ¿En realidad perderé el tiempo pensando tanto? No sé, pero quizá sí me he vuelto aburrida. Puede que me esté complicando mucho la vida y he olvidado ciertos detalles. Pero ¿realmente los he olvidado o he tratado de ignorarlos? Posiblemente después de haber entendido que no ocurrirían cosas nuevas, me decepcioné tanto que traté de suprimir mis sentimientos y otros deseos. Sentimientos como el amor…



sábado, 20 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Constantino

Constantino



Las cosas van cambiando.

Se acerca el mes de diciembre. Tengo entendido que en otros países se celebra en nacimiento de un niño. La gran Navidad se acerca, pero en mi país no llega y poco me interesa. En este mes llegan fuertes vientos, lo que trae consigo el festival de cometas. Muchas personas se reunen en el Campo Verde -en este país son muy ingeniosos para poner nombres- y vuelan las cometas. El festival dura dos semanas.

Muchas cometas elevadas por el fuerte viento vuelan en una sola dirección. Todos los padres corren con sus hijos de un lado a otro para hacerlas volar. Cometas de muchos colores, hacen que el cielo se vea por una sola temporada llena de color. Los colores hacen parecer que nuestro mundo es muy alegre, que no cabe una lágrima. Cometas de muchas formas, hacen parecer que existe un mundo diferente, lleno de magia.

Los colores y formas creadas alguna vez me hicieron pensar que algo nuevo ocurriría, pero nada ocurría.



En el colegio estamos en las últimas semanas de clases y eso me aburría. Todos estaban tristes de que ya no nos veríamos. No nos veríamos sólo por unos cuantos meses, después regresaríamos.

En el recreo, como acostumbro, estaba sentada en el comedor pensando. Hasta que llegó Constantino.
- Hola. Mi nombre es Constantino. Lindo paraguas.
- Hola - no me hagas recordar tu nombre, acaso quieres que me ría de ti- el paraguas te agradece.- ¿que estoy hablando?
- Soy nuevo- no me había puesto a pensar cómo es qué se trasladó de colegio cuando el año ya está por terminar- espero no ser molesto, pero es que aún no conozco a casi nadie.
- No es una molestia- No se porqué dije eso.
- He escuchado sobre un festival de cometas, y estaba interesado en ir.
- Ah- acaso querrá que lo acompañe. No entiendo porqué le diría esto a una chica de grado inferior. Será, que me quiere conquistar. No debo seguir pensando, no quiero reventar en carcajadas.
- No sé el motivo pero mi inspiras confianza. ¿Me quieres acompañar al festival?
- Bueno, supongo que no hay problema. Pero fija el día, el festival dura dos semanas. El último día casi ya no va nadie.
- Entonces que sea el último día.


miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Reproche


Reproche

En un país, una niña cree que debe ser madura y seria.

Otra vez el colegio. Un listado de cursos que tenemos que llevar, supuestamente para ser buenas personas. Nos harán personas cultas, formadas en valores, pero también nos taparán un ojo para que no veamos en mundo en su totalidad.

- Matilde, ya sabes que ha llegado un nuevo alumno.
- No, no sabía- creo que se nota el “gran interés” que le doy a mi respuesta. Rosa debe comprender que esos asuntos poco me interesan, ella me conoce.
- Creo que es un poco mayor que nosotras- esta bien lo acepto, no me conoce del todo – y se llama Constantino- cuando acabó de decir el nombre me quedó mirando. Nos mirábamos a los ojos hasta que se nos iba formando una sonrisa, que terminó en una fuerte carcajada.
- Ustedes dos, Rosa y Matilde, ¡salgan del salón!- gritó con una voz ronca la profesora de literatura. Acaso no podría comprender lo gracioso que nos parecía aquel nombre. No es que sea feo, sólo que era un nombre muy poco común, por lo menos yo sólo lo habia escuchado en libros de historia.

En el recreo Rosa desapareció. Debe estar averiguando más cosas sobre el nuevo estudiante. A mi no me importaba mucho. Me quedé sentada en el comedor, pensando.

- Oye ¿qué haces?
- Joel ¿Por qué siempre gritas cuando hablas? Me sobresaltas.
- No quieres ir a jugar.
- ¿Jugar?
- Sí.
- No gracias. Tengo otras cosas que hacer.
- No tienes nada que hacer. Todo el día estás sentada, pensando o leyendo algo y cubriéndote de la luz del sol con un paraguas.
- Pues eso es lo que hago.
- Eres aburrida. Ni siquiera llueve en estas épocas.
- Adiós Joel.
- No crees que eres demasiada extraña. Algunas veces tratas de aparentar demasiado seria y madura, para nosotros.
- ¿No tienes nada qué hacer?- este chico me está alterando. Primero debería ordenar sus ideas para hablar.
- Eres demasiado complicada. Demasiado triste. Deberías tratar de olvidarte de muchas cosas, de las ideas tontas que tienes. Deberías tomarte las cosas de manera más simple. Ya casi no te ríes- seguro no me vio hace algunos momentos.
- Sabes Joel
- Así no lograrás volar.

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- ¿Estás preparada para volar?
- Volar, claro.
- Volar, cambiar, ya no tendrás que aterrizar, siempre podrás estar por las grandes montañas. No volverás a ver abajo porque sabrás que no hay nada bueno esperándote allí.
- Supongo que nunca lo hubo.
- Volarás lejos.
- Esa idea me encanta-y no volver a aterrizar, para qué querría volver a un lugar aburrido.
- Entonces has vuelto a creer en aquello que olvidaste de niña.
- Sí- como Joel dijo. Ahora puedo volar.
- Entonces, me acompañarás...

sábado, 6 de septiembre de 2008

¿Quieres volar? / Nada nuevo

Nada nuevo

En un país, en una casa, en una niña, habita la soledad.

Hace mucho tiempo que no hay nada nuevo, nada interesante y nada fuera de lo común en este pequeño país. Mi patria no tiene nombre, porque ya no hay más nombres para tantos países que surgen de la separación de otros. Pero que queda, no me puedo largar de este miserable lugar, porque amo mi país, pero a mi manera. Las casas son pequeñas, los paisajes no son grandiosos, no hay mucha variedad de flora y fauna. La gente probablemente no es la mas calurosa y alegre en el mundo, pero si la que yo conozco. Quizá si alguien se atreve a visitar este país lo encuentre detestable, poco recomendable, llena de corrupción, basura por todos lados, con gente indiferente, con cuerpos de personas sin vida en cada esquina, pero...

- Matilde ¿qué haces hablando sola?- entonces me di cuenta que todo lo anterior lo estaba diciendo en voz alta, mientras que pensaba que sólo lo decía en mi mente..
- Gracias Joel, gracias por cortarme la inspiración. Estaba pensando en que escribir para el trabajo de lengua. No me había dado cuenta que estaba emitiendo sonidos con mis labios.
- Ahh, suelo olvidar que estás loca. Loca como un clavo.
- ¿Como un clavo?- nunca entiendo lo que trata de expresar Joel.
- Como un calvo- sonríe y se retira. No puedo creer que sea tan idiota, sus bromas no tienen gracia ni sentido.

Debo darme cuenta que el parque que está cerca a mi casa no es el mejor lugar para pensar. En cualquier momento puede llegar con toda fuerza un balón de fútbol y golpeará mi cabeza, mientras que los niños que están jugando se reirán de mí. Como todos los días llegará Rosa Negra con sus trajes multicolores, me preguntará si es que ya vi la última edición de la revista "Mujer", además me hará adivinar que prendas y nuevos accesorios va a elegir para que su padre se los compre. Ella no es una mala persona, pero muchas veces me aburre. Trato de seguir con ella porque sé que en realidad es muy triste. Hace unos años murió su madre, sin embargo nunca dijo nada sobre ello y siguió como si nada pasara. Siento que en ella hay una mayor soledad que en mí.

Será mejor regresar a casa antes que venga mi hermano, Félix, y su amigo. No me llevo mal con mi hermano, pero su amigo por alguna cosa me intimida. Bueno ya es hora de irse a casa y esperar a que mamá sirva la cena, desearle buenas noches a ella y a papá, e ir a dormir. ¿A dormir?, si en realidad ya casi no duermo, porque ya no hay que soñar.

Recuerdo que antes soñaba. Soñaba con que alguna vez pasaría algo nuevo, algo fuera de lo convencional. Recuerdo que alguna vez soñé con ser una princesa en un cuento de hadas y que con un príncipe me quedaba, cosas de niñas, de ingenuas, pero felices. Alguna vez soñé que podía volar, que un duende me mostraba un mundo diferente y lleno de colores. Que un águila me llevaba en sus alas por montañas y nevados elevados, y yo podía sentir el fuerte y frió viento de las alturas. Que podía volverme viento y viajar a gran velocidad por todo el mundo. Pero un día soñé que veía como era en realidad mi vida y se me desvanecieron los demás sueños, y supe que nunca nada iba a pasar.



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Es la primera parte.

Autor: Diego Ato Cadenas

Tanto el texto como los dibujos.

Quién más puede hacer un cuento tan potro (de potrozo xD). Supongo que no es un cuento del todo original, los diferentes cuentos que he leído deben haber influido a crear una abominación. (según yo critico mis cuentos para que los demás digan, noooooo dieguito si esta bonito el cuento)